Las variantes de Mourinho:
De lo que en la mayoría de diarios deportivos se especula estos días es sobre la actitud que tomarán uno y otro equipo en el presente encuentro. Si el Barça saldrá con 3 centrales -frente a la velocidad del Madrid- y si el Madrid saldrá con el ya archiconocido "trivote" o con un 4-2-3-1 más al uso de lo que viene siendo normal en la temporada. En lo que a los blancos se refiere, examinemos una y otra posibilidad.
Hemos de partir del hecho de que, utilizar una u otra variante tiene más que ver con la actitud que con el estricto esquema de juego. El 4-2-3-1 implicaría, como se comenta en la prensa, plantear el partido "a pecho descubierto". Es decir, con 2 mediocentros -Xabi + Khedira presumiblemente- y un mediapunta por delante –Özil o Kaká-. El alemán no acaba de rendir al nivel que mostró la pasada campaña, y Kaká no se encuentra en un estado de forma para un encuentro con un sacrificio físico de tantísima exigencia como el que nos ocupa.
Ni uno ni otro son, pues, jugadores idóneos para presionar durante gran parte del partido, aunque demuestren una vocación más ofensiva en principio. No obstante, se ha venido demostrado que el modelo que funciona, en mayor o menor medida, contra el Barça pasa por asfixiar su circulación de juego. En no dejarles pensar, para luego atacar con velocidad y verticalidad.
Es por ello por lo que entendemos que, aunque pueda parecer más defensiva, utilizar un centro del campo más numeroso y, sobre todo, más físico, puede marcar la diferencia. Y no sólo por no dejar jugar al Barça, sino porque es la forma de tener más opciones de atacar con peligro. Los de Guardiola tratarán de acaparar la posesión, pero ésta habrá de ser inútil y sin peligro, de forma que cuando llegue a la zona en la que comience la presión conjunta del Madrid se intercepte el balón y se comience a armar la contra. Pensar en otra forma de atacar sería olvidar el planteamiento culé de toque y presión adelantada. Sería volver a caer en la mentalidad del 5-0.
Adoptando, pues la variante de este 4-3-3 -cambiamos al mediapunta por un pivote que se sitúe por delante de los centrales, dando más recorrido a los mediocentros-, la cuestión será determinar quiénes serán los elegidos para ello.
Se antoja complicado que Mourinho vuelva a repetir un “trivote” con Pepe por delante de los centrales, esencialmente porque la dupla Ramos-Pepe como centrales es difícilmente sustituible con lo que actualmente se puede encontrar en el banquillo ante la baja de Carvalho.
En tal caso, las opciones se reducen, en primer lugar, a alinear a Lass de pivote, con Xabi y Khedira por delante –en este caso ocupando un puesto algo más adelantado, más similar al que desempeña con la selección alemana-. El privilegiado físico del alemán permite que el trabajo de presión que ejerza el Madrid en mediocampo sea muy intenso, sin perder por ello verticalidad y llegada. Versatilidad, en pocas palabras.
Se prevé, por tanto, un centro del campo eminentemente físico. A Mourinho no se le escapa que su equipo cuenta con ese punto a su favor en comparación con los culés, y, de una forma otra, debe aprovecharlo -lo que incluye sacar partido de las jugadas a balón parado-. La variante Nuri Sahin se antoja muy poco probable, por las dimensiones del clásico y el haber regresado tan recientemente de una lesión complicada.
Otra posibilidad será reiterar el posicionamiento de Fábio Coentrão en la medular, alineando al portugués junto a Khedira y a Xabi. En este caso, Khedira quedaría en una posición algo más atrasada, dando más espacio para la velocidad de Coentrão. Es por tanto, una opción que implica utilizar a alguien más técnico y de vocación ofensiva por delante del pivote, pero que también te puede defender. No con tanta eficacia que alineando a Lass y Khedira, pero sin duda más que usando a un mediapunta. No obstante, apreciamos una clara tendencia en el luso en orientarse hacia la banda, su posición natural, lo que puede dejar ciertos agujeros en el centro del campo. Y en estos partidos una vacilación así te puede costar muy caro.
Hemos de destacar, además, que esta opción, al prescindir de Lass en el centro del campo, posibilita el alinearlo en el lateral derecho en lugar de Arbeloa. Con ello se perdería profundidad por esa banda -sumado a la falta de minutos del francés en tal puesto en comparación con otras opciones-, pero asegurando mayor contundencia.
Lo que resulta claro es que cualquier jugador de banda de este Madrid encontrarán innumerables ayudas, gracias al marcaje escalonado que plantearán "marca de la casa", especialmente siendo ayudados por los extremos -únicamente viéndose algo exonerado de ello Cristiano Ronaldo-.
A nadie se le escapa, ante todo lo dicho, que el jugador probablemente más importante de este Real Madrid es Xabi Alonso. Al igual que Sneijder era el encargado de servir a unos Milito y Eto'o especialmente motivados y efectivos del Inter del triplete, será el tolosarra el encargado de surtir de balones a los atacantes blancos con su exquisito pase largo. La precisión de estos desplazamientos y cambios de juego, la calidad de los desmarques y la efectividad de cara a puerta -especialmente en los primeros compases del partido- serán las principales bazas para que el Real Madrid se lleve el gato al agua.
Por último, se antoja casi indiscutible es la presencia de Ronaldo y Di María en los flancos de las posiciones ofensivas, quedando únicamente como incógnita quién ocupará la posición de “9”, aunque nos inclinamos fuertemente en pensar en la figura de Benzema. El entrenador blanco ha mostrado clara predilección por el francés en los partidos de mayor importancia y dada la ausencia de un mediapunta en este planteamiento, interesa en mayor medida un jugador que se desenvuelva con mejores condiciones fuera del área. Y en esa batalla, nos quedaríamos con Karim.
La mayoría apunta por una victoria del Real Madrid, basándose en los dudosos resultados del Barça fuera de casa y lo que propiamente muestra la clasificación. No obstante, si algo hemos aprendido a lo largo de los últimos años, es que predecir un clásico a la ligera nos puede llevar a grandes sorpresas.